Tu suelo pélvico y tu faja abdominal sufren con el embarazo y el parto. Lo sabes. Ya te has dado cuenta de ello. Puede ser que tu ginecólogo te haya dicho que todo está bien y que no hace falta que vengas hasta dentro de un año. Pero tú mejor que nadie sabes cómo te sientes por dentro. Y sabes que ahora mismo algo no acaba de estar bien. Da igual si tuviste tu bebé hace 2 meses como si has tenido a tus hijos hace 5 años.

Probablemente te encuentres en una de estas situaciones tan familiares.

✔ Observas una cresta en tu barriga al incorporarte de la cama.

✔ Tienes pérdidas de orina en momentos tan claves como cuando te ríes a carcajadas, corres para alcanzar el autobús o coges a tus hijos en brazos.

✔ No reconoces tu cuerpo en el espejo y te sientes muy débil. 

✔ Te duelen tanto las lumbares que a veces, antes de dormir, te tomas un calmante.

✔ Has perdido todo el peso del embarazo pero tu tripa está fofa e hinchada. Incluso te han llegado a preguntar si vuelves a estar embarazada.

✔ Tienes molestias en el suelo pélvico tal como pesadez y relaciones sexuales incomodas.

Estos síntomas puede que pasen desapercibidos ya que estás volcada al 100% en la maternidad. Todos a tu alrededor te dicen que es normal y que todo volverá a su sitio con el tiempo. Pero la realidad nos demuestra que no es así. Los datos estadísticos demuestran que la diástasis abdominal, las disfunciones del suelo pélvico y el dolor lumbar es algo muy común y que se debe tomar en serio.

¿Sabías qué...?

• el 66% de las embarazadas tienen una diástasis en su tercer trimestre*
• el 36% de mujeres sigue presentando una diástasis 7 semanas después de dar a luz*
• el 52% de mujeres con problemas de suelo pélvico (tales como incontinencia o prolapso) tienen una diástasis**

Estos estudios demuestran que la diástasis no es un  problema estético y que está estrechamente relacionada con otros problemas de salud. 

* Boissonnault and Bleschak 1988

**Spitznagle et al (2007)